Nos gusta este lugar donde poder respirar paz y tranquilidad en días determinados del año, a pesar de la lluvia, a pesar de la nieve, a pesar del frío que puedan sentir los huesos... Viajaríamos continuamente hasta aquí, para volver al Dolmen de Santa Elena, visitar la frontera para contemplar el Midi d'Ossau, volver al Albergue Quinta Vista Alegre en Pueyo de Jaca (http://www.alberguedelpueyo.es/index.php?lang=es) donde empieza cada historia y donde nos sentimos como en casa,... Montes con la magia de la naturaleza, el descubrimiento de diversidad animal... destapar poco a poco las tímidas cimas nevadas entre las nubes.
Cada palabra que escribimos lleva consigo un sinfín de emociones que arrastran desde el contemplar pausadamente el disfrute de los niños que cada vez sienten más curiosidad por conocer, plantean más cuestiones a las que responder o, simplemente sobre las que reflexionar... hasta el deleite propio por sentirnos grandes en este entorno.
Es un viaje largo, casi 500 km de carretera pero que valen la pena. Es un viaje donde salir del día a día y enseñar a los más pequeños ciertos valores que en ocasiones nosotros mismos olvidamos que existen.
DÍA 1: BOSQUE DE BETATO. MÁGICO DONDE LOS HAYA.
Este rincón lo hemos conocido a raíz de saber que en estos días no acompañaría demasiado el tiempo y querer estar cerca del albergue por si la cosa se ponía fea. De hecho este viaje se ha basado en los bosques😁.
Sin duda, un espacio que recomendamos al 100 % para visitar con los niños, pues una vez allí puedes dar pie a la imaginación.
En esta senda nuestros hijos se han ganado, sin duda, la medalla de senderistas y la ranita de Antonio.
DÍA 2: SALTO DE SALLENT Y PEQUEÑA SENDA DESDE ESCARRILLA. DÍA LLUVIOSO
El día no se presentaba demasiado bueno, así que tras visitar la feria Outlet de Montaña en Sallent de Gállego, también muy cerquita de Panticosa, justo al lado del recinto donde se celebraba este evento se inicia la senda al Salto de Sallent. De nuevo un día donde hurgar entre los árboles del boscaje pirenaico. Una senda muy agradable, un poco más compleja para los peques pues hay bastante zona pedregosa y al llegar al final del recorrido el acceso para acercarse a la cascada es dificultoso. Este recorrido aconsejamos valorarlo según la edad y las condiciones de los pequeños montañeros.
Por la tarde, después de curiosear ciertos rincones de Escarrilla, tomamos una senda que comienza antes de cruzar el túnel desviándote a la derecha. Hicimos un paseo sencillo donde, de nuevo, quedamos maravillados con la mezcla de colores otoñales, las nubes bajas tapando las montañas y nos cruzamos con algunas vacas que pastaban tranquilamente en su espacio. Caminamos hasta que la lluvia volvió a acompañarnos y además la noche se acercaba.
DÍA 3: BAÑOS DE PANTICOSA
Desde este lugar salen varias rutas muy bonitas no recomendadas para hacer con niños muy pequeños caminando, pero si las hacéis con mochila es otra cosa. Nosotros en este viaje hemos intentado adaptar nuestras salidas a los niños sin mochila y no ha ido nada mal.
Una ruta muy bonita que hicimos hace unos años es la de los Ibones Azules pasando por el Refugio de Bachimaña (contaré esta experiencia en otro momento). Y también tengo entendido que se accede a los Infiernos, aunque aquí todavía no hemos llegado... pero llegaremos 😀.
Bueno, retomando la visita a los Baños de Panticosa, es espectacular el paisaje en otoño, volvemos a decirlo. Se han mejorado algunas de las infraestructuras pero tantas otras están en completo abandono.
Dimos un paseo por el camino que queda a pie de la Laguna llegando hasta la ermita por una senda indicada con flechas rojas. También había flechas azules y verdes pero ya no pudimos investigar más. En dicha ermita hay una pequeña fuente donde cae agua caliente de las montañas que puede ser causa del tipo de roca (ígnea). Junto a la ermita cae con fuerza una gran cascada, la Cascada del Argualas, a la que poderse acercar, con precaución pero fácilmente. Este sitio nos gusta mucho, los niños pueden correr y jugar y poder disfrutar en familia, con amigos, o de la forma que sea. Tuvimos la suerte de ver una ardilla que posó para nosotros.
Por la mañana habíamos intentado llegar a la frontera para contemplar el Midi d'Ossau y hacerle una visita a las vacas, pero estaba muy cerrado el día, además de que nevaba y hacía mucho frío.
Acabamos la tarde tomando un café en Panticosa y contemplando un pequeño claro del día que se puede disfrutar desde el mirador de la Peña Sabocos (2755 m) y la Peña Blanca (2555 m) en la Sierra Telera.