La sensación que tuve fue de sentirme parte del paisaje, intercambiar la pureza y el respeto y alcanzar la unidad coordinada de los cuatro piecitos.
Esta aventura comienza en el Área Recreativa del Valle equipada con mesas de madera y una fuente y una gran explanada para aparcar. Además de un espacio amplio para que los más peques puedan explayarse a su antojo.
Comenzamos la ruta sin saber muy bien hasta dónde podríamos llegar pues hacía un día espectacular de Sol pero con vientos "huracanados". Así que comenzamos a caminar en busca de duendes y de las marcas de la senda (de esto ya son especialistas los niños 😜).
Decidimos acabar la jornada visitando Cambrils y pernoctando en la Ermita de San Cristóbal de El Perelló con la mala suerte de que el viento continuaba con fuerza y no pudimos casi disfrutar del lugar que nos pareció muy bonito (de lo poco que vimos) con vistas para contemplar el amanecer, columpios para niños, área recreativa...
Esta excursión fue bastante improvisada y, sinceramente, sacamos mucho provecho al día a pesar de las adversidades climatológicas.