Solo ella ha acompañado mis estancias en lugares dispersos y cuando no ha estado conmigo los reencuentros eran especiales. No me ha olvidado nunca y yo siempre he sido fiel a mi regreso. Me quedo con lo mejor de ella,... con todo. Y cuando vuelve a mi recuerdo su aroma, tan solo puedo echarla de menos. Ha sido mi refugio y protección en lugares desconocidos.
Abrazo cada mañana su lecho y antes de conciliar el sueño por la noches. La esencia que permanece en el hogar ha quedado grabada de forma inquebrantable. Ese vacío inapetente.
Este momento es duro, pero el tiempo me hará saber que sigue conmigo desde donde quiera que esté. Ahora tan solo puedo verla a través de fotografías y recordarla tal y como era: ÚNICA.