31 enero 2020

IBIZA... HACE UN TIEMPO... SOLO CON UNO

Hace unos años quisimos experimentar un viaje inolvidable con nuestro hijo, entonces el pequeño de la casa, a un lugar mágico donde no solo disfrutar de la noche si no también de la inmensidad de rincones que componen la isla. Fueron poquitos días pero disfrutamos mucho.
La isla merece un paseo por sus playas, sus calas, sus puestas de sol, sus calles, su cultura, sus vistas,... Paseamos por las rocas bañadas por el oleaje escuchándolas golpear con toda su fuerza. Acariciamos la arena pura de alguna de sus calas. Ibiza en octubre, lejos del alboroto del verano, cuando el fresco susurro de la brisa marina empieza a entonar melodías.
El casco antiguo (Dalt Vila) es muy bonito... Calles estrechas y con pendiente por las que pasear y observar el estilo de las casas de fachadas blancas y sensación de calma.
Se puede combinar playa y montaña, con los accesos entre la flora a las innumerables calas de la isla. Caminos por pequeños acantilados desde donde ver las puestas de Sol.

El pequeño no recordará este viaje, pero se lo contaremos de tal forma que aprenda los valores de la naturaleza tanto en playa como en montaña.
Hay aventuras que sucedieron hace tiempo pero nunca es tarde cuando el motivo es compartir la experiencia y que podamos recordar ciertas cosas que quizás quedarían olvidadas.

                    Este viaje fue casi casi un                              ensayo de todo lo que nos queda por vivir, porque nuestra primera aventura fue en Capileira (Sierra Nevada), a lo que siguió el Pirineo.

Viajar con niños no es imposible, tan solo hay que organizarse 😉.

Feliz día lectores.

"Mira hacia delante y verás la frontera,

mira hacia atrás, hallarás la inerte silueta,

y con ojos de anaranjado coral de un lado a otro podrás pintar sus colores despojados.

Mira tus pies y reunirás la grandeza,

mira más allá de tu agudeza...

Mira".
















EL GARBÍ_PARQUE NATURAL SIERRA CALDERONA


Anoche el mayor de mis hijos decía "Mamá, ¿mañana vamos a la montaña?¿Al Pirineo?" y con una sonrisa de felicidad le contesté "Claro que sí, al Pirineu de Valencia", y así surgió un momento de ilusión mutua.
Nuestro recorrido salía desde el parking con entrada a la pequeña senda de acceso al mirador de El Garbí. Es un rincón del Parque Natural de la Sierra Calderona muy conocido y transitado tanto por senderistas como ciclistas y motoristas por su fácil acceso.

Un paseo agradable, inventando historias de dinosaurios, los niños imaginando que eran súper escaladores trepando por las inmensas crestas que componen el medio (es espectacular imaginar con ellos). Por una senda escarpada con plenitud de obstáculos en formas variadas, subiendo un piecito y con la ayuda de sus manitas alcanzando sus propios retos. Jugando al pilla pilla en el merendero donde se encuentra la Ermita de la Santa Creu
y haciendo equilibrios sobre el murete que envuelve dicho lugar. Encontrando por el camino un punto de interés para el más pequeño donde esconder sus coches. Las vistas desde el mirador son espectaculares, y mires hacia donde mires se puede encontrar belleza natural. Lo hemos pasado en grande.Totalmente aconsejable para ir a pasar la mañana o el día con los más pequeños, según la idea que llevéis.