Tras muchos kilómetros recorridos y el esfuerzo de Bulnes, optamos por tomarnos el día más tranquilo y visitar playas. El día no acompañó pues llovió de forma continua, pero con chubasquero y ganas, todo fue redondo. La primera playa que visitamos fue la de Gulpiyuri. Es una playa mágica por su geología. Está formada de roca caliza donde se concentra el agua de la costa y las mareas. Es espectacular ver cómo entra el agua con fuerza y rompe sobre las rocas. Con la marea baja se ve lo que parece una gran playa (aunque se considera la playa más pequeña del mundo) que disminuye conforme va subiendo. Este Monumento Natural no dispone de conexión visible con el mar por lo que se define como playa de interior.
Como había una estación de tren cerca, no podíamos olvidar hacer una parada en la estación de tren de Llanes cuyas vías tienen una característica particular: son de ancho métrico. La estación en sí es sencilla con poca circulación de trenes pero a quien le gusten los temas ferroviarios, seguro que le encantará ponerlo como punto de parada en sus planes de viaje.
La siguiente playa que visitamos fue la de Borizo, donde nos relajamos jugando con la arena, haciendo fotografías y curioseando entre las paredes rocosas que se dejan ver con la marea baja. Además, pudimos contemplar cómo las gaviotas acechaban de forma poco sutil a un grupo de jóvenes que estaba no muy lejos de nosotros. Gaviotas muy familiares, sin duda (jijijij).
Y tras una jornada muy emocionante, nos fuimos a descansar de nuevo a un camping llamado Isla Picos de Europa junto a Potes y cerquita de Fuente Dé, nuestro siguiente destino. Estuvimos muy bien en este camping y disfrutamos de un buen café a la mañana siguiente mientras los peques jugaban sin parar en un pequeño parque junto a la cafetería desde donde los veíamos sin problemas y disfrutábamos de su inmensa felicidad. Adjunto el enlace del camping: https://www.campinglaislapicosdeeuropa.com/
