Corrían tiempos de bonanza. Parecía que la vida recobraría un equilibrio general... Todos soñaban con largos paseos por los jardines más cotizados, por alcanzar altas cumbres sin rastro de haber sido exploradas, de compartir con los seres queridos, familia, amigos... amplios eventos y celebraciones.
Despertó una mañana gris y con vientos borrascosos que no dejaban dar un paso sin tropezar o casi caer a tierra. Se escuchaban murmullos en este inhóspito ambiente de rostros apagados. Asomando las curiosas miradas a intentar comprender qué sucedía, recorriendo cada espacio limitado cada vez más por restricciones... El mundo perdía su color, sus días de Sol deslumbrante... Todo estaba enlazado, pero la cuestión continuaba en el alma de todos.
Había entrado en nuestras casas, en nuestro entorno, en nuestras vidas alguien o algo indeterminado capaz de acabar con el oxígeno natural en cuestión de minutos... Ese huésped, inesperado para la gran mayoría y conjeturado por tantos otros. Arrastraba energía vital, confluía en la catástrofe de generaciones luchadoras, el abastecimiento quedaba inerte para muchos ciudadanos que no llegaban a la hora adecuada. El mundo comenzaba a declinar en un aislamiento ilimitado, para muchos otros contribuía en la libertad de actuación y la deserción a otros lugares comunes.
Comenzaron las normas estrictas. Cada cual ejercía su papel, unos continuaban con sus rutinas diarias al aire libre y otros intentaban colaborar de la forma más adecuada posible mediante aplausos desde sus balcones a todos aquellos que les tocaba estar expuestos para la manutención y control del país y guardando espacio con el resto de la población mundial.

"Todo irá bien" anunciaban los cientos de arcoiris que se convirtieron en símbolo de esperanza y que las esencias más inocentes del planeta dibujaban sin saber muy bien porqué.
Es un breve relato de una situación actual sin ánimo de desalentar esas mentes positivas que existen a nuestro alrededor, sin ánimo de crear un pensamiento de retirada... Si todos colaboramos estaremos trabajando sin lucrarnos en especias pero sí en muchas vidas, que al fin y al cabo es lo que tiene valor.