25 marzo 2020

SUEÑO...


He cerrado los ojos para soñar despierta... Tumbada en la hierba artificial de mi pequeña terraza me he sentido como si estuviera sobre el césped húmedo de una inmensa pradera. Y de fondo el Aneto, o aun mejor y más cerquita, el pico Aitana. Me he aislado, he cobijado mi estrés en un mar sin corriente para que todo quedara ahí y no volviera a interponerse en mi espacio. Escuchaba la melodía de los niños como una canción de cuna, de esa forma lograba alcanzar mi esencia. Coordinando trabajo y actividades extraescolares en mi mente... Todo se armoniza. Todo logra su equilibrio al sincronizar las notas musicales... Siento el aroma de la montaña, de profundos lagos sumergidos entre piedras... Sigo tumbada junto a mi perra, fiel y continua compañera...

21 marzo 2020

BARRANCO DE AGUA NEGRA_SIERRA DE ESPADÁN

Nada mejor que respirar el aire puro de la naturaleza en buena compañía.

Hemos descubierto un rincón muy agradable en la Sierra de Espadán. La senda se inicia en un merendero llamado Fuente de la Calzada (situado entre Algimia de Almonacid y Alcudia de Veo), lugar perfecto para cargar las pilas y comenzar la aventura. Junto al merendero circula el agua que viene del Barranco de Agua Negra en forma de rambla, la Rambla de Almarche que en este caso, a pesar de la escasez de agua que por circunstancias existe, sí que llevaba agua (los niños lo confirman 😁). De verdad que ha sido una experiencia llena de momentos y, sin duda, que los más pequeños han disfrutado y aguantado. Habíamos leído que se trataba de una senda sencilla para los más pequeños, pero debo decir que no es así. Para edades a partir de los 5-6 años está bien pero para menos edad la vemos un poco compleja pues durante el recorrido hay innumerables piedras que subir, esquivar o incluso saltar. Algunas zonas más estrechas en las que caminar con pies bien firmes. El más pequeño de los niños es quien ha vivido la experiencia de forma muy intensa. Con su bastón y su equilibrio nada ha sido imposible para él. Hemos hecho un buen equipo y tras descubrir las ruinas de unos, parecían ser, corrales y numerosos rincones donde escuchar el sonido del agua o cruzar los túneles de vegetación, hemos acabado comiendo en el merendero. Una jornada donde también ha acompañado el tiempo y, sin duda, el lugar.

























EL HUÉSPED

Corrían tiempos de bonanza. Parecía que la vida recobraría un equilibrio general... Todos soñaban con largos paseos por los jardines más cotizados, por alcanzar altas cumbres sin rastro de haber sido exploradas, de compartir con los seres queridos, familia, amigos... amplios eventos y celebraciones.

Despertó una mañana gris y con vientos borrascosos que no dejaban dar un paso sin tropezar o casi caer a tierra. Se escuchaban murmullos en este inhóspito ambiente de rostros apagados. Asomando las curiosas miradas a intentar comprender qué sucedía, recorriendo cada espacio limitado cada vez más por restricciones... El mundo perdía su color, sus días de Sol deslumbrante... Todo estaba enlazado, pero la cuestión continuaba en el alma de todos.

Había entrado en nuestras casas, en nuestro entorno, en nuestras vidas alguien o algo indeterminado capaz de acabar con el oxígeno natural en cuestión de minutos... Ese huésped, inesperado para la gran mayoría y conjeturado por tantos otros. Arrastraba energía vital, confluía en la catástrofe de generaciones luchadoras, el abastecimiento quedaba inerte para muchos ciudadanos que no llegaban a la hora adecuada. El mundo comenzaba a declinar en un aislamiento ilimitado, para muchos otros contribuía en la libertad de actuación y la deserción a otros lugares comunes.
Comenzaron las normas estrictas. Cada cual ejercía su papel, unos continuaban con sus rutinas diarias al aire libre y otros intentaban colaborar de la forma más adecuada posible mediante aplausos desde sus balcones a todos aquellos que les tocaba estar expuestos para la manutención y control del país y guardando espacio con el resto de la población mundial.

"Todo irá bien" anunciaban los cientos de arcoiris que se convirtieron en símbolo de esperanza y que las esencias más inocentes del planeta dibujaban sin saber muy bien porqué.

Es un breve relato de una situación actual sin ánimo de desalentar esas mentes positivas que existen a nuestro alrededor, sin ánimo de crear un pensamiento de retirada... Si todos colaboramos estaremos trabajando sin lucrarnos en especias pero sí en muchas vidas, que al fin y al cabo es lo que tiene valor.